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GRISÁLIDA - Social

sábado, 18 de octubre de 2008

¿PSICOTERAPIA EVANGELIZADORA?


La Gestalt es una corriente humanista dentro de la Psicología, que nació en Alemania a principios del siglo XX fundada por el psicólogo Fritz Perls. Llevada a la psicoterapia de grupos, persigue la liberación de los sentimientos —arrinconados por la razón, según sus teóricos—, así como la concesión al cuerpo de un mayor protagonismo en la relación con nosotros mismos y con los demás, prestando más atención a lo que éste «necesita», y desarrollando la desinhibición en el contacto físico. Su aplicación en los procesos de fe es teológicamente discutible y, de hecho, discutida.


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En la Diócesis de Canarias, a la que pertenezco, ha habido algunos intentos por parte de sacerdotes y seglares de poner en práctica la Gestalt en sus parroquias y grupos de fe, con resultado más bien desafortunado. Muchas corrientes filosóficas, políticas o psicológicas gozan en su origen de una base teórica de buena apariencia, defendibles en el plano dialéctico, pero que llevadas a la práctica se topan con la realidad del ser humano. Entonces, sus partidarios suelen culpabilizar a éstos y a sus defectos del desenlace no deseado, como si la teoría fuera perfecta pero los sujetos incapaces de materializarla. ¿Acaso la fórmula iba dirigida a otra especie que no era la humana? Pues si iba dirigida a los humanos y los humanos son incapaces de llevarla a la práctica, será que la teoría en cuestión no era tan perfecta. Con la Gestalt, sobre todo cuando es aplicada a la fe cristiana, sucede algo parecido.

José Mª Alvear
Foto tomada del
Boletín PJ - Octubre 2008

Acaba de celebrarse la Asamblea anual de principio de curso de Agentes de Pastoral Jóvenes, en esta ocasión bajo el lema «Una mirada evangelizadora hacia los jóvenes». El ponente invitado para ayudar en la reflexión fue el ex sacerdote malagueño y Educador en Espiritualidad y Crecimiento Personal, José María Alvear. Quien haya tenido la oportunidad de aproximarse alguna vez a la Gestalt y sus fundamentos pudo detectar con facilidad desde el primer momento que la jornada constituía una iniciación a esta psicoterapia aplicada a la fe. Voy a intentar exponer a posteriori muy someramente de qué se trata y cuáles son sus puntos más polémicos a mi juicio, a partir de algunos de los enunciados y dinámicas realizadas por el propio ponente. Quiero subrayar que estoy absolutamente convencido de la buena intención de los organizadores de la Asamblea, el Secretariado de Pastoral con Jóvenes de la Diócesis, y constato una vez más la admirable labor que desempeña en su incansable búsqueda de cauces para llevar el Evangelio hasta el corazón de los jóvenes. Esta vez, en mi opinión, la dirección no fue la correcta.


  • «En la actualidad existe una gran desconexión entre el cuerpo y la mente... Descuidamos nuestro cuerpo... Debemos escucharlo para saber lo que necesita...El cuerpo necesita equilibrio...» (José María Alvear)

La Gestalt nació a principios del siglo XX y sus fundadores decían exactamente lo que se puede leer arriba. Pero desde entonces ya han pasado cien años y el escenario social y cultural ha variado por completo. En realidad, sucede todo lo contrario. Jamás en la historia ha habido tanta obsesión por consumir alimentos sanos y productos de higiene, belleza o salud. El bienestar físico y el placer por el placer son fines en sí mismos, así que no se puede decir que descuidemos nuestro cuerpo, porque, de hecho, lo adoramos, y la mayoría de quienes no lo hacen se sienten mal por ello. Otra cosa es decir que el tipo de conexión que tenemos con nuestro cuerpo tal vez es equivocado, pero que la conexión existe es indiscutible.


  • «Para orar hay que cuidar el cuerpo... Quien no tiene un buen champú no puede orar...» (cita utilizada por José María Alvear en tono jocoso)

Entramos aquí en terreno resbaladizo. Se parte de esa verdad oriental según la cual la oración se ha de hacer en cuerpo y mente —o espíritu—, pero se lleva hasta el extremo, porque disponer el cuerpo para orar nada tiene que ver con la higiene, la estética o la salud. Más bien, al contrario, se trata de lograr que ninguna de esas cosas impida el encuentro con Dios. Tony de Mello proponía que la persona orante entrase primero en conexión con su cuerpo y tomara consciencia de cada una de sus sensaciones —frío, dolor, picor, nerviosismo, hambre...— precisamente para liberarse de ellas durante la oración.

  • Dinámicas con el contacto físico y la explosión de los sentimientos como protagonistas.
Son muy utilizadas en las psicoterapias Gestalt. Su objetivo es lograr la mayor desinhibición posible de los sujetos y de ese modo completar poco a poco el todo de la persona, que incluye, además del cuerpo y los sentimientos, la razón. En la iniciación —como sucedió en este caso— y en la primera fase el tipo de contacto no difiere mucho de otras dinámicas al uso en la animación de grupos, cuando se persigue, por ejemplo, reforzar la confianza entre los miembros o la ruptura de barreras entre ellos. Sin embargo, muy pronto se asciende en los niveles —muy definidos por otro lado— para recorrer con los dedos el rostro de los otros y más tarde las diferentes partes del cuerpo. El trabajo casi siempre se realiza por parejas, y mediante el mismo se aspira a utilizar con «naturalidad» los cinco sentidos, incidiendo de manera especial en el tacto. Es fácil imaginar dónde acaba el máximo nivel. Naturalmente, no se obliga a nadie, pero está de más explicar cómo funciona la psicología de los grupos. Es muy difícil que los individuos se atrevan a romper la uniformidad, sobre todo cuando se trata de jóvenes, por vergüenza o por miedo a ser considerados demasiado pudorosos.



Por otro lado, en las dinámicas en las que se profundiza en los sentimientos, se trata de conducir a los participantes hasta un estado en el que afloren las emociones que se hallan ocultas en lo más profundo de su ser. Normalmente, estas sesiones suelen acabar en un baño de lágrimas, con abrazos entre todos, después de haber transitado por estallidos de rabia, gritos o risas ostentosas. El efecto no es el mismo en todos como puede suponerse. Y ese es el peligro. Las consecuencias de hurgar en las entrañas de los sentimientos humanos, sin un diagnóstico profesional individualizado previo de cada uno de los miembros de la terapia, son imprevisibles porque se desconocen los límites de los que no se debería pasar. En psicoterapias individuales el profesional tiene sumo cuidado de no allanar un territorio delicado antes de tiempo, por eso hacerlo en grupo resulta, cuando menos, temerario.


En ambos casos, las dinámicas orientadas al cuerpo y las dirigidas a los sentimientos, tratan de llevar a las personas hasta sus propios límites para que paulatinamente intenten traspasarlos y de ese modo se «liberen» de algo que se supone que les impide realizarse plenamente como personas. Pero moverse permanentemente en el filo de la navaja no parece demasiado saludable, sobre todo, insisto, en terapias grupales, con ritmos distintos de sus miembros.


  • La búsqueda del «yo» y de su satisfacción es otro de los objetivos cuyo fin es alcanzar el equilibrio de la persona.

Huelga decir que toda psicoterapia, y la Gestalt no es una excepción, va dirigida al individuo, nunca a la sociedad en su conjunto o a una comunidad. Obviamente, se supone que el crecimiento personal debería redundar también en la mejora de la relación con los otros, pero el modo de lograrlo se basa en conceptos, podríamos decir, egoístas, desde el punto de vista del «ideario» cristiano.


José María Alvear explica que el ser humano se compone en su parte no corporal, de mente, de sentimientos, del «ego» —la fachada construida para mostrar a los demás— y del «yo» —lo que Dios quiere que seamos—. Esta última es una sorprendente afirmación que no compartiría el 99% de los psicólogos, entre otras cosas, porque se mezcla de manera poco ortodoxa una catalogación científica con una creencia. Lo máximo que la psicología podría decir del «yo» es que se trata de lo que seríamos si no nos lo impidiese el «ego», es decir, nosotros mismos, pero libres. En cualquier caso, y salvo la dinámica inicial para ambientar la oración, éste fue el único nexo de toda la jornada, por forzado que sea, entre la ponencia y el lema de la Asamblea —«Una mirada evangelizadora hacia los jóvenes»—. Un fugaz guiño que dio la impresión de ser en realidad un intento de justificar la propuesta de utilizar la psicoterapia para evangelizar. La teoría vendría a decir que si Dios es quien inspira el «yo», la psicoterapia nos permitirá hallarlo en nuestro interior, porque ahí es donde habita. Así que si nos aplicamos en nuestro crecimiento personal a través de la psicología estaremos más cerca de Dios. Se parece mucho a esa teoría según la cual todas las respuestas están en nuestro interior. Este razonamiento nos lleva a la siguiente conclusión, no admitida por los seguidores de la Gestalt ni por los psicólogos en general, pero que se repite de manera terca en la práctica: los demás estorban en nuestro proceso de maduración. Salta a la vista el choque frontal con los fundamentos del cristianismo, que ve a Dios en el prójimo, y el encuentro con el Todopoderoso en la apertura a la trascendencia mediante la oración, y no mirándonos el ombligo psicológico.


  • Frase de José María Alver tras el desarrollo de una dinámica Gestalt por parejas: «¿Por qué te preocupas por lo que siente el otro? Solo debe importarte lo que sientes tú».

La Gestalt persigue la máxima autonomía posible, la no dependencia de nadie, hasta llegar a ser autosuficiente. Y el que aparece arriba es un buen ejemplo del egoísmo como elemento necesario en los modelos de desarrollo personal que sigue la psicoterapia. Cada individuo debe preocuparse exclusivamente de sí mismo, aunque la dinámica sea compartida. No es casualidad que ésta sea la parte que más le cuesta a los psicoterapeutas de Gestalt inculcar en los grupos cristianos, que están acostumbrados a hacer todo lo contrario. La teoría «primero debo ayudarme a mí mismo para después ayudar a los demás» es falsa, o al menos incompleta. No lograremos nunca ayudarnos lo suficiente a nosotros mismos para, al fin, ayudar a los demás. Hemos de hacerlo simultáneamente.


En definitiva, no creo que la Gestalt pueda ser evangelizadora. La psicoterapia es psicoterapia y puede aportar beneficios a las personas, pero no evangelizarnos ni ayudar a evangelizar. Creo que el Evangelio puede hacer más por quienes acuden a psicoterapia que la psicoterapia por los que buscan a Dios.





7 comentarios:

Miguelo, sc dijo...

Muy buenas reflexiones, Armando.

A veces me pregunto si no nos estaremos complicando demasiado la vida en nuestras tareas evangelizadoras... Entiendo que es importante formarse cuando uno es agente evangelizador... pero ¿nos estamos formando como evangelizadores o como psicólogos...? Vale que uno pueda tener determinadas nociones para comprender mejor al joven, pero como bien dices, no se puede fundamentar el trabajo de evangelización en estas teorías...

Recuerdo las palabras del Evangelio: "...has ocultado estas cosas a los sabios y las has revelado a los sencillos". Si los apóstoles y los primeros cristianos hubieran hecho estas sesudas reflexiones sobre la psicología humana, quizás a día de hoy no nos hubiera llegado nada del Evangelio...

Sé que mis planteamientos son simplistas, pero ¿no estará la clave de todo en lo simple? Ya lo decía un famoso arquitecto: "Menos es más".

Pongo el ejemplo de la oración. Desde hace un tiempo se intenta implantar un determinado método o estilo de oración que describes en tu escrito. A veces nos olvidamos que eso es sólo un método, un medio, uno más de los múltiples que existen para lograr el verdadero fin: estar con Dios, quizás escucharle, quizás hablarle o quizás sólo sentir el gozo de su presencia... Hemos aprendido ejercicios posturales, de concentración, técnicas de espiritualidad oriental, análisis de textos evangélicos,... y no sé cuantas cosas más. Pero cuando los discípulos le pidieron a Jesús que les enseñara a orar, él sencillamente les regaló el Padre Nuestro. Nada más. No se preocupó de si lograban conectar el cuerpo con su alma ni con su yo trascendente, ni nada por el estilo...

Un fuerte abrazo

LuisLiviaLuisa dijo...

¡Hola!

Con todo cariño, te invito a escuchar Tu Agenda Musical.

El podcast consiste en una canción que acompaña tus actividades diarias, Además, junto a un poema, plegaria, un santo, o una reflexión que puedes ir leyendo mientras disfrutas la canción.

Recuérdalo.... solamente con UNA CANCION para tu cada día.

Lo puedes escuchar en:

http://tuagendamusical.podomatic.com/

Ah, también puedes escuchar otro podcast diferente. Algunos episodios del 2007 en: http://levantateysalacaminar.podomatic.com/

Y del 2008 en: http://www.paxtv.org/podcast/index.htm

¡Que tengas un lindo día hecho canción!

Jesús te ama.

Luisa.
Desde Lima, Perú

lojeda dijo...

No conocía este método de evangelización, pero te prometo que investigaré, porque me parece muy interesante, pero estoy de acuerdo con Miguelo que nos estamos complicando demasiado la vida con tratar de adaptar el Evangelio a técnicas modernas, y estamos dejando de un lado lo esencial que es el mensaje de Jesús.
No se que dirán los Obispos y la jerarquía eclesiástica de todo esto y me gustaría que nos informaras.
Un abrazo y me alegro volver a leerte, después del paroncillo, que por falta de tiempo tuviste.

Mariluz Barrera González dijo...

Cómo psicológa amigo Armando puedo decirte que ninguna corriente en Psicología es mala... LOS MALOS SON LOS PSICOLOGOS...como bien dices las corrientes nacen de la experiencia del hombre vista desde diferentes ángulos... por eso hay diversas corrientes... tomando en cuenta que cada persona es distinta, y su postura ante la vida tambien lo es... lo que le funciona a uno puede no funcionarle a otro... sin embargo yo no practico la gestalt... aunque confieso que algunas técnicas son muy buenas cuando se trabaja con niños...y se usa mucho con pacientes adictos..

Por lo que comentas yo mas bien cuestiono a Jose Maria Lavar como terapeuta... honestamente no se puede confundir la magnesia con la gimnasia... yno es que la relilgión nada tenga que ver con la psicología pero no puedes mezclar una cosa con otra... cada una en su espacio y en su momento cumple su función... y la verdad por lo que explicitamente comentas... no es un buen psicológo...

Desvirtúa en mucho los preceptos de la gestalt... y tampoco es culpa de la religión... creo que aquí se demuestra que ser psicológo no es tan fácil... se necesita mucha intuición, y preparación... no es dar discursos y consejos lo que te hace terapeuta... para eso tambien se necesita mucha preparación...y me da coraje que seudopsicologos desvirtuen nuestra profesión.

Yo mas bien diría que este señor hizo su propia teoria con sus propias conclusiones... sin ningun fundamento filosofico y por lo visto ni católico...

Te dejo un fuerte abrazo y te invito a visitar un nuevo espacio parte de un proyecto que he iniciado como psicologa...

http://conversarposibilidades.blogspot.com

Un fuerte abrazo y a la gente le digo que no se deje engañar...

Daniel Mercado dijo...

Armando, cúando vuelves a escribir. Se echa en falta tus posts.

Salvador Pérez Alayón dijo...

Hoy me he acercado por tu blog para ver si habías escrito. Compruebo que sigues inmerso en tus ocupaciones y no encuentras espacios para compartir con nosotros tus reflexiones. Sin embargo, he leído detenidamente, este artículo y me parece que estás en lo cierto.
Coincido en el contenido con Miguelo, pues el encuentro con CRISTO está más allá de toda preparación psicológica y terapia. Experimentar vitalmente donde se encuentra mi razón de ser, mi meta y la clave de mis más profundos sentimientos que buscan ser feliz es un descubrimiento que sólo se realiza en la experiencia de un encuentro serio, vital y decisivo. Es por eso que la conversión, como le ocurrió a Pablo de Tarso y otros, está bañada por la experiencia de algo vital que marca tu vida. Sin eso nada cambia en tu vida. Todo cambio está marcado por el deseo desesperado de dar respuesta a una llamada, a una situación, a una circunstancias que tocan fuertemente tu vida en ese momento. Y ese es el encuentro con JESÚS. Cuando experimentas que ÉL responde a todas tus preguntas y colma tus ansias de felicidad y amor, abres tu corazón y le sigues.
Es mi humilde opinión y mi experiencia hasta ahora. En ÉL, pero sólo en ÉL,iremos creciendo en sabiduría, paz y fortaleza hasta llegar al encuentro pleno.
Un fuerte abrazo en CRISTO.

__________Ignacio____________ dijo...

No dudando tampoco de la buena intención de los organizadores de esa asamblea me parece un tanto desconcertante que se invite como ponente para hablar sobre evangelización a un sacerdote que se ha secularizado. La secularización de un sacerote no deja de ser un fracaso o, al menos, así lo entiendo yo. Es como si, salvando las distancias, para hablar de familia y matrimonio invitasen un una persona separada. Podrá aportar mucho, no lo dudo, pero con total seguridad hay personas más capacitades en las que su propia vida es una tarajeta de presentación. Además, leyendo lo que expuso no me extraña nada que se haya secularizado.
Coincido con otros comentarios en que nos estamos complicando la vida tratando de adaptar el Evangelio a los tiempos actuales, cuando el Evangelio es contemporáneo a todos los tiempos. Me parece que la mejor forma de evangelizar es enseñando a orar y descubriendo a Cristo en la Eucaristía. Para ello, en tu Diócesis tienes una comunidad de Benedictinos en la que casi se puede palpar a Dios en la belleza de la celebración litúrgica. Como recordaba el Papa en su primera Carta Encíclica "No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva." Cristo mismo es la Eucaristía. Enseñemos a los jóvenes a relacionarse con el Señor. Por otra parte, la Santa Sede editó hace unos años el Compendio del Catecismo de la Iglesia, utilicémoslo y dejemos de recurrir a tantas fórmulas que tienen poco o nada de católicas.