GRISÁLIDA

GRISÁLIDA - Social

lunes, 28 de enero de 2008

INFORMAR, EDUCAR, FORMAR Y ENTRETENER

En su mensaje para la «XLII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales», Benedicto XVI pide «comunicadores valerosos y testigos auténticos de la verdad [...] fieles al mandato de Cristo y apasionados por el mensaje de la fe [...]». El Papa expresó estas palabras en forma de oración, invocando al Espíritu Santo, después de reflexionar sobre el papel de los medios de comunicación en nuestra sociedad, en alusión al lema que centrará la Jornada: «Los medios en la encrucijada entre protagonismo y servicio. Buscar la verdad para compartirla».
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Merece la pena leer atentamente el texto acerca de la influencia, las bondades y las inclinaciones más peligrosas de los medios de comunicación social en nuestros días, pero tras hacerlo, a los periodistas cristianos nos asalta una gran inquietud: ¿el mensaje está orientado a los «comunicadores», o a los empresarios/políticos que controlan los medios? Porque, por suerte o por desgracia, no son los mismos. El Santo Padre escogió el día 24 de enero, día de San Francisco de Sales, patrón de los periodistas, para emitir el mensaje sobre las «comunicaciones sociales» —al igual que cada año—, por lo que es obvio que relaciona periodismo y medios de comunicación. Parece de sentido común, pero conviene matizar.

La vocación innata de los medios ha sido siempre la de informar, educar, formar y entretener —por ese orden—, pero ya no. Se nos llena la boca con la retahíla aprendida de memoria, pero hace tiempo que no se corresponde con la realidad, salvo en honrosas excepciones. La Televisión es básicamente entretenimiento, la Radio es opinión, y solo la prensa diaria puede presumir todavía de poner el acento en la información pura, más allá de su orientación ideológico-política. Tal vez no haya nada de malo en que sea así —son los nuevos tiempos— pero no deberíamos querer simular lo que no somos.

Convengamos también que comunicar no es lo mismo que informar. Toda información es comunicación pero no siempre sucede al revés. Este blog es un medio de comunicación pero no es un medio informativo porque el 99% de lo publicado es opinión, no información, aunque en gran medida se base en ella. Lo mismo sucede con los medios cuyos principales contenidos son de entretenimiento. Sus máximos exponentes en la actualidad son la Televisión, las llamadas «revistas del corazón» y la mayor parte de las publicaciones deportivas. Esto, que en principio no tiene por qué suponer un problema, es el origen de buena parte de la confusión que existe en la opinión pública sobre periodismo, periodistas y medios. Lo peor de todo es que la línea que separa opinión, información y entretenimiento es cada vez más difusa. Se entremezclan hasta tal punto que el receptor es incapaz de distinguir una cosa de la otra, algo que los responsables de la mayoría de esos medios no tienen la menor intención de evitar, sino todo lo contrario. La razón es sencilla: influencia y audiencia-ingresos. El grado más alto de cinismo se alcanza cuando los contenidos de espacios publicitados como objetivos y rigurosos, son seleccionados según el criterio de «más atractivo», es decir, más entretenido para el telespectador, oyente o lector. No hay más que echar un vistazo a la cantidad creciente de curiosidades y sucesos que acaparan los informativos de la mayoría de las cadenas de televisión, sobre todo las que emiten en abierto, en proporción con las noticias realmente importantes, pero menos llamativas. Temas que hace una década hubieran aparecido como mucho al final del noticiario, ahora son de apertura u ocupan los primeros lugares en la «escaleta»(1).

La opinión diluida perversamente en la información es un problema más propio de la Radio, que con frecuencia asoma también en la prensa escrita. Incluso los supuestamente asépticos boletines horarios de apenas cinco minutos incluyen cada vez más juicios de valor en las entradillas o coletillas de las noticias, algo impensable hace unos años. El relato encadenado de noticias al uso ha sido arrinconado a unos pocos minutos al día —cuando lo hay—, dejando paso a extensos programas de gran audiencia, en el que cada noticia es comentada por separado y subjetivamente por el conductor del espacio inmediatamente después de emitida, sin dar tiempo a que el oyente se forme su propia opinión, o al menos, asimile la información recibida, sin interferencias.

Este artículo no es una defensa a ultranza de los periodistas por corporativismo. Es cierto que algunos participan, admiten o toleran la manipulación, y que otros se han dejado deslumbrar por el dinero y la popularidad que dan los «reality show» o el «mundo rosa», pero no lo es menos que la norma sigue siendo la del profesional con vocación de informar fielmente, desnudar la realidad y desenmascarar la mentira. Pero una cosa es el valor del periodista para buscar y contar la verdad asumiendo las consecuencias, reto que personalmente acepto espoleado por el aliento del Papa, y otra, nuestra capacidad para influir decisivamente en los contenidos de los medios en los que trabajamos. Ya sé que no es eso lo que se nos pide desde la Iglesia, pero no está de más aclararlo.


(1) En Televisión se conoce como «escaleta» al guión de un programa.







8 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado Armando, con todo respeto y aprecio: ¿No debería el señor Ratzinger, antes de dar recomendaciones, empezar por limpiar su casa? Pero tal vez no sea eso lo que le interesa...

Me refiero, en el sangrante caso español, a la Cadena Cope, paradigma de radio agresiva, pseudocristiana y anticristiana que, difundiendo el ODIO, viola diariamente su propio Ideario.

Pero, ojo, estamos hablando de una empresa mediática PROPIEDAD DE LOS OBISPOS, por supuesto de acuerdo, en última instancia, con el jefe máximo, el obispo de Roma.

Un saludo muy cordial,

Cordura

Cristian dijo...

Tienen una tremenda responsabilidad ustedes que trabajan en los medios de comunicación. En Chile no hay fin de semana en donde no se rece por ellos, para que su influencia sea siempre positiva. Te vi por youtube el otro dia en tu programa. Bendiciones.

Anónimo dijo...

Madre mia, cada vez estais peor los cristianos, sois una especie en peligro de estición porque vuestra mentira se rompe en mil pedazos, aceptarlo ya, y dejad de malgastar vuestro tiempo en hacer chorradas y en defender valores del medievo, DEJAD que la gente sea libre y feliz, y haga lo que quiera, y no meteros en sus vidas, PESADOS!!

Miguelo, sc dijo...

Realmente, hoy día cuando oigo, veo o leo a un periodista, ya no sé si estoy recibiendo su información o la información del empresario que le está pagando. Y mucho menos sé si esa información se corresponde con la realidad.Pero de todas formas, sospecho que ocurre lo mismo en otros ámbitos y profesiones...

Es el mundo que nos ha tocado vivir..., y QUE NOS TOCA EVANGELIZAR. En nuestras manos está ofrecer una alternativa a estos esquemas que llegan a resultar injustos y deshumanizadores...

Armando Vallejo Waigand dijo...

JUAN FERNANDO (CORDURA): Tienes razón en lo que se refiere a la COPE. No soy defensor del tipo de «periodismo» que se practica en ella —en algunos de sus programas, no en todos— ni con la línea editorial agresiva que emplean. Creo que la Conferencia Episcopal actúa de forma incoherente permitiendo la violencia verbal de algunos de sus profesionales, faltando a criterios éticos básicos en el ejercicio de la comunicación. Así que, sí, deberíamos sacar «la viga de nuestro ojo», pero eso no inhabilita al Papa para expresarse como lo hizo respecto a los medios de comunicación. Es más, se trata de una buena forma de hacer reflexionar a los rectores de la COPE. Otra cosa es que se sientan aludidos. Dicho sea de paso, un amplio sector de la Iglesia española, algunos obispos incluidos, también se sienten avergonzados por lo que a diario se escucha en esta cadena de radio.

CRISTIAN: Los periodistas, tal vez más que en otros oficios, tenemos que recordarnos a diario la esencia de nuestra vocación, porque la inercia de la sociedad nos puede desviar con mucha facilidad. Necesitamos de esas oraciones.

¡Vaya! espero haberlo hecho bien en el programa que viste...

MIGUELO: Sé a lo que te refieres, y es verdad que muchas veces resulta desalentador. Y lo es tanto o más para nosotros, los profesionales. Nos sentimos con las manos atadas mientras nos «utilizan» para dar credibilidad a sus mentiras. ¡Pero no cesaremos de denunciarlo!

Gracias a todos por sus comentarios.

icue dijo...

Te dejo un regalito en mi blog.
saludos

Armando Vallejo Waigand dijo...

Gracias Icue, voy raudo...

Anónimo dijo...

gracias a Dios por intiresny