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domingo, 18 de febrero de 2007

Penitencia, ayuno y abstinencia


Siguiendo las directrices de la Conferencia Episcopal Española, muchos sacerdotes diocesanos han leído en las misas de sus parroquia de este fin de semana las normas y sugerencias relativas a las prácticas penitenciales a realizar por los católicos a lo largo de la Cuaresma y la Semana Santa. Se nos recuerda en especial la necesidad de practicar "el ayuno, la abstinencia y la oración". Más concretamente, se advierte de la 'obligación' de ayunar, es decir, realizar una sola comida fuerte el Miércoles de Cenica y el Viernes Santo, y de abstenerse de comer carne todos los viernes del año, aunque esto último "puede ser sustituido por la lectura de las Sagradas Escrituras o por limosna a los pobres. Por último, se sugiere a los fieles no realizar 'excesos' alimenticios y de ocio a lo largo de toda la Cuaresma.

En realidad, nada nuevo. Cada año, la Iglesia a través de los obispos, vela de este modo por la pervivencia del espíritu del tiempo litúrgico más importante para los católicos, recordando las prácticas mínimas exigidas. Y así ha de ser, pero en mi opinión, con matices.

Cuando este domingo en misa de once escuchaba a mi párroco leer el texto enviado por la Conferencia Episcopal Española, redactado con un lenguaje solemne y académico, trataba de imaginar a las personas con las que compartía la Celebración asimilando el mensaje: "ayuno, abstinencia, no comer carne, oración, limosna..." Fin del comunicado, bendición final y a casa a ejecutar las instrucciones recibidas. Y me decía a mí mismo, "bien, ya tenemos el continente, ¿dónde está el contenido?".

Es posible que quienes lean este artículo, no necesiten de más explicaciones porque conocen de sobra cuál es el sentido de las prácticas penitenciales, pero lamentablemente no son la mayoría de los católicos, y mucho menos, los católicos españoles. Ello ha desembocado, como en otras muchas prácticas religiosas del catolicismo, en una repetición de signos y ritos vacíos de contenido, es decir, totalmente estériles desde el punto de vista del crecimiento en la fe y la comunión con Dios. Esperar hasta la medianoche del viernes al sábado para comer carne o disfrutar de una copiosa comida de pescado -más caro que la carne- regado con un delicioso caldo de La Rioja, son algunas de las prácticas 'estéticas' de la abstinencia conocidas por todos. Y a quienes no les gusta la carne, encantados de la vida, observando una rigurosa abstinencia cristiana sin el más mínimo esfuerzo.


En la foto, el cardenal Rouco Varela junto a dos jóvenes canarias

La Iglesia y su jerarquía tiene la misión de guiar a su Pueblo hacia la unión perfecta con Dios, pero a la vista está, que comunicados como el de este fin de semana no conducen a ello. Si por el contrario, hubieran invitado a los sacerdotes a explicar, por ejemplo, que la abstinencia o el ayuno sinceros consisten en prescindir de aquello que necesitamos para sentir en nuestras carnes algo de la Pasión de Cristo, renunciar a lo que es superfluo en nuestra vida como camino de conversión y dar a los más necesitados como respuesta a nuestro amor por Dios y a los hombres, nos estarían ayudando a vivir la Cuaresma y la Semana Santa como cristianos auténticos y no como simples imitadores gestuales.

Dejemos de darlo todo por sabido porque la realidad es justo la contraria; no se sabe casi nada sobre el origen y sentido de nuestras prácticas, signos y símbolos litúrgicos. Mi experiencia como animador de jóvenes me dice que en el momento en que se explican, además de causar una monumental sorpresa que debería hacernos reflexionar, los cristianos se muestran más permeables con la Iglesia y consecuentes con su fe.





2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola
No se si leeras mi respuesta. Enhorabuena por tu comentario. Parece muy bueno. Yo soy tambien catolica, practicante comprometida. Afortunadamente Dios me ha dado el suficiente discernimiento para comprender que el abstenerme de carne, no significa darme un banquete de marisco. Y quizas, creo que mucha gente tambien lo entiende, espero que así lo sea, pero te invito a una cosa, los catolicos estamos invitados desde el vaticano segundo a colaborar y a
ayudar a la iglesia a crecer con criticas constructivas. Acercate a tu parroco, sugierele que de charla
cuaresmales, que explique esas cosas basicas que quizas no todo el mundo sepa.
Un saludo y gracias
Patri

Armando Vallejo Waigand dijo...

Gracias por tu comentario. Así es, nuestra misión es ser corresponsables en toda labor Pastoral. No todos los párrocos entienden esto y no siempre están abiertos a escuchar a los seglares, pero desde mi tarea pastoral con jóvenes esto es lo que trato de transmitir, la importancia de conocer nuestra fe para vivirla con autenticidad.

Otra vez gracias y saludos.