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domingo, 22 de junio de 2008

LA CASILLA DE LA IGLESIA




Nunca antes una equis fue tan deseada, publicitada, buscada, perseguida… Nunca antes la Iglesia Católica en España había puesto en marcha semejante maquinaria de marketing tratando de mostrar al gran público su cara solidaria. Nunca antes una empresa de comunicación diseñó una campaña tan agresiva en contra de la Iglesia. Los «nuevos tiempos» para los católicos en España siguen avanzando y sorprendiendo. ¿Y saben qué? Pues que yo me alegro.


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La Conferencia Episcopal y sus asesores se han puesto las pilas para tratar de «vender» una imagen que convenza a los españoles de los beneficios de marcar la casilla de la Iglesia en su Declaración de la Renta, cuyo plazo de presentación concluye este mes. Esto ha sucedido no antes de haberle visto las orejas al lobo, que se acerca enseñando los dientes haciendo creer que sonríe para después asestar un voraz mordisco a los ingresos eclesiásticos. No digo nada nuevo si califico de precarias las actuales relaciones entre la Iglesia y el Estado, y una de sus consecuencias más visibles ha sido la revisión a la baja sufrido por el histórico modelo de financiación tras el nuevo «acuerdo» alcanzado por las partes. Así pues, la famosa equis en la casilla de la Iglesia se ha convertido en el maná del desierto para las estructuras católicas, solo que su recolección no es tan sencilla como en el Antiguo Testamento nos relata el Libro del Éxodo, cuando el alimento caía del cielo de madrugada, sino que precisa de una cuidadosa y paciente siembra en forma de sensibilización, para luego recoger los frutos. ¡Ya era hora! La Iglesia en España se había instalado —aún lo está en cierto modo, ciego ante las evidencias— en la comodidad de predicar en un país en el que ser católico era lo normal y no serlo se consideraba una rareza mal vista, cuando no perseguida... —justo al revés que en la actualidad, ¿no es curioso?—



Los tiempos de crisis son también tiempo de oportunidades para quienes sepan aprovecharlas. No le va a ser fácil a la Iglesia hacerlo de una sola vez, porque cuesta mover la pesada maquinaria que carga a sus espaldas, pero cuando la necesidad aprieta —económica y social— la perspectiva y las prioridades de los seres humanos y sus organizaciones cambian para centrarse en lo fundamental. La Iglesia no ha de ser menos, aunque tenga inspiración divina; o precisamente por eso tiene la obligación de mantenerse aún más atenta a los signos que invitan al cambio inspirados por el Espíritu Santo.






M
e ha gustado la campaña publicitaria «X tantos». No es nuevo que la Iglesia española eche mano de la publicidad en los medios de comunicación para promover la aportación económica de los contribuyentes a través de la Declaración de la Renta, pero es la primera vez que lo hace con tanta humildad, pidiendo —no exigiendo— en beneficio de las personas que forman parte de ella y casi con mayor énfasis para las que no. La campaña ha sido diseñada con un gusto exquisit
o mediante una producción audiovisual de muchos quilates, con un meticuloso acabado del continente y una gran profundidad del contenido, a diferencia de aquel eslogan de hace años que rezaba amenazante y simplón, «Como Dios manda». Puestos a hilar fino, atisbo algún complejo a la hora de referirse con claridad al sostenimiento económico de la Iglesia con el fin de llevar a cabo su misión evangelizadora, mientras que se hace mucho más hincapié en su función social, pero es comprensible en un momento en el que los propios católicos tienen dudas sobre si poner la equis o no. La Iglesia necesita hacer uso de las herramientas a su alcance para ofrecer una cara más humana a la sociedad. Y no hay por qué avergonzarse de ello. La publicidad no es pecaminosa en sí misma, solo si su fin es convencer falseando el mensaje, y no es el caso. No será fácil lavar nuestra cara triste y enfadada que durante décadas hemos mostrado, pero debemos ponernos manos a la obra inmediatamente. Y no solo para obtener ingresos. Y no solo a través de la publicidad.



C
apítulo aparte merece la ruin campaña anti-católica ejecutada por La Sexta, sin precedentes en este país y sospecho que en la mayoría de países socialmente avanzados. Porque si ya parece excesivo que un medio de comunicación incluya en su línea editorial el rechazo a la Iglesia por definición, no hay justificación para la ofensiva emprendida por la televisión que preside Emilio Aragón, que entre otras cosas ha emitido un spot con el que sutilmente pide a sus telespectadores que no marquen la casilla de la Iglesia en la Declaración de la Renta sino la de los Fines Sociales, silenciando que es posible marcar ambas. No tiene ningún sentido y parece obedecer más a la suposición de que una campaña de esta naturaleza pudiera aumentar su audiencia que a un posicionamiento meramente ideológico. Este es un ejemplo más de cómo están cambiando los tiempos para los católicos —yo diría para los creyentes en general— en España. Ya no es fácil ser creyente en este país, y mucho menos católico. Y yo digo, ¡pues tanto mejor! No nos viene mal esta cura de humildad. Ahora empezaremos a distinguir a los verdaderos cristianos, creyentes comprometidos, decididos, formados en su fe... Seremos muchos menos, sí, pero trataremos de ser auténticos... Y entonces podremos comenzar de nuevo.


  • Enlace a la web creada por la Conferencia Episcopal Española para sensibilizar en favor del sostenimiento económico de la Iglesia: http://www.portantos.es












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9 comentarios:

Anónimo dijo...

Odio el dinero. El dinero y todo lo que toca y con lo que se mide. Este nuevo dios va a hacer que la cosa termine muy mal.
Pienso que lo de la "X" en la declaración es una consolación para el sufrido contribuyente al hacerle sentir importante por poder decidir donde ponerla.
Yo preferiría entender el resto de la declaración, en vez de la limosna de la "equiscita"
Yo pienso que ni a la Iglesia ni a nadie le va a afectar lo mas mínimo esa cosa. Que tienen medios de sobra y recursos para andar preocupados por la dichosa casilla.

Salvador Pérez Alayón dijo...

La realidad es lo que hay, y con lo que hay, hay que tirar. El dinero empieza a ser peligroso cuando se pone como un fin para con él satisfacer mis apetencias y ambiciones. De lo contrario, es un medio para financiar las voluntades de querer satisfacer las necesidades del hombre, para que pueda vivir dignamente como su PADRE DIOS, quiere. Porque primero se es persona humana y luego divina como hijo de DIOS. Creo que la ocasión es muy importante para que todos tomemos conciencia de lo que podemos hacer con nuestro trabajo y dinero. Disiento un poco de Carlos Martinez. Es ingente la labor que la Iglesia, nosotros, podemos hacer con el esfuerzo de todos, y,por supuesto con el dinero de todos. Le invito a ver lo que la Iglesia hace con ese dinero. Tengo un artículo en mi blog, yo soy creyente católico, de fecha 22 de mayo, dónde transcribo por su importancia este problema y solicito su propagación.
Un saludo de nuevo Armando. Todavía, por la Gracia del SEÑOR estamos vivo y andando por estos mundo blogueros.

Mari Carmen & Julio dijo...

Amigo Armando, estoy de acuerdo contigo, en las dificultados en cuando suele salir lo mejor (y lo peor) de cada uno. Esperemos que en un futuro próximo saquemos lo mejor de cada uno de nosotros, entonces seremos verdadera Iglesia, y aunque también disiento con Carlos, es lo que normalmente transmite la Iglesia ahora. La ingente labor social y evangelizadora que hace, tanto a nivel local como internacional pasa casi totalmente desapercibida, y en eso no solo son culpables los dirigentes.

"¿No se venden un par de gorriones por unos cuartos? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo; no hay comparación entre vosotros y los gorriones."
A ver si nos lo creemos de una vez.
Saludos.

Bartolomé Borrego Zabala dijo...

Queridos amigos;
Yo también estoy de acuerdo con vosotros, y en mi blog he hablado también sobre estos mismos temas cuando comenzó la campaña de Renta, algunos de los cuales han sido algo polémicos entre "ciertos" sectores:
- La asignación tributaria en la Declaración de IRPF (http://www.bartolomeborrego.com/2008/03/la-asignacin-tributaria-en-la.html)
- La Iglesia católica lanza la Campaña de la Renta 2007 (http://www.bartolomeborrego.com/2008/05/la-iglesia-catlica-lanza-la-campaa-de.html)
- Entre todos podemos conseguir grandes cosas, y si no, que le pregunten a "La Sexta" (http://www.bartolomeborrego.com/2008/06/entre-todos-podemos-conseguir-grandes.html)
Por cierto, muy bueno tu blog.

Un saludo
Bartolomé Borrego
http://www.bartolomeborrego.com

Miguelo, sc dijo...

Hace tiempo, un cura amigo mío me comentaba que lo que la Iglesia necesitaba era un buen equipo de asesores de imagen.

A mí también me gusta el planteamiento de la campaña, aunque no estoy seguro de que haya conseguido sus objetivos: tiene que enfrentarse a muchos fantasmas del pasado (e incluso del presente), prejuicios, tópicos... Por si fuera poco, muchos están al acecho para magnificar las numerosas incoherencias que cometemos los que formamos parte de la iglesia (como le ocurre a todo ser humano...). Pero está dentro de nuestra idiosincracia el "ser perseguidos", o sea, que esto no nos debe extrañar ni escandalizar...

Respecto a lo de la X en la renta, no termino de entender por qué son la iglesia y las ONGs las únicas a las que su asignación está condicionada a la voluntad de los contribuyentes. Por mi parte me gustaría que me dejaran decidir si poner una X en una hipotética casilla de asignación tributaria a sindicatos, partidos políticos, subida de sueldos a parlamentarios, consejeros, ministros,... Pienso que sería una forma mucho más democrática de realizar un presupuesto.

Mariluz Barrera González dijo...

Armando... me ha encantado esta forma en que enfocas el hecho de ser católico en estos tiempos... me atrevo a decir QUE ES TODO UN RETO... no hay duda. Me duele ver que se le ha quitado a mi generación el derecho de creer en Dios... de incluirlo en sus vidas... para quedarse sin nada... el mundo empeora... nuestras vidas no son mejores que las de nuestros antepasados... y aun así se sigue necio en decir que la religión estorba y que Dios no existe... veo en los niños una falta de Dios increible... y los adultos faltos de su fe... ya no tienen nada que dar a sus pequeños...

Los cambios de la Iglesia me conmueven y estimulan... y es asi que mi fe se fortalece... por que siempre he sabido que la religion católica es de razonamientos ... Fe y Razón...la pregunta es: QUIEN ESTA DISPUESTO A RAZONAR EN ESTOS TIEMPOS???

Un fuerte abrazo... y QUE DIOS TE BENDIGA...

Cristian dijo...

Mmmmm... interesante tema este... en Chile no existe esa posibilidad de declaración a la renta, y solo se apela a la solidaridad del 1% de los ingresos de los católicos, que por cierto, muy pocos lo donan. Acá los spot han apelado a "Todos dependen de 1", o "Él lo entregó todo por ti"... en general, si bien es cierto se presenta como mandato, ese 1% lo cancelan solo algunos católicos.
Hace tiempo que no pasaba por acá mi amigo: cuidate... a ver si voy a España para el Encuentro Mundial de Jóvenes. Bendiciones.

__________Ignacio____________ dijo...

Cuando puedas actualiza el blog. Son muy buenos tus post.

Saludos

Armando Vallejo Waigand dijo...

- Una vez más, gracias a todos por sus comentarios.

CARLOS: El dinero, ¡el dichoso dinero! Y sin embargo, así son las cosas. Ya sabes, «Al César lo que es del César...» En realidad lo del uso del dinero, entendido como elemento unificado de intercambio de mercancía no es una mala idea. El problema está, como siempre, en el uso que le demos y la importancia que le concedamos en relación a otras cosas. Por otro lado, es verdad que lo de la casilla es una «miseria» comparado con el resto de la Declaración que gestiona el Gobierno, pero no es tan insignificante para las ONG y la Iglesia. No te creas, la Iglesia no cuenta con tantos recursos como muchos creen, quizás fruto de la memoria de tiempos pasados.

SALVADOR: De eso se trata. De hacer llegar a las personas algo alejadas, indiferentes, o incluso reticentes con la Iglesia, la verdadera labor que hace. Me consta que a muchos que lo descubren se les derrumban muchas de sus ideas preconcebidas o aprendidas.

MARI CARMEN: Es verdad, muchas veces ni siquiera nosotros nos creemos lo que decimos. ¿Cómo así vamos a ser creíbles para los demás? Pues manos a la obra...

BARTOLOMÉ: Es bueno que hablemos de ello. Creyentes y no creyentes, afines y hostiles hacia la Iglesia. No es malo estar en boca de la gente; el interés que despierten estos asuntos nos darán la oportunidad de hablar y ser escuchados.

MIGUELO: Siempre poniendo los puntos sobre las íes, ¿eh? Muy interesante esa perspectiva sobre lo que podemos decidir y lo que no en la Declaración. En realidad, yo creo que lo de la casilla era una forma de quitarse el «muerto» de tener que enfadar a los creyentes quitando la asignación, o hacerlo con los contrarios a la Iglesia, manteniéndola de forma directa. Un día a alguien muy astuto se le ocurrió la idea, y todos los que desde entonces han gobernado la mantuvieron. Es como lo de Pilatos: «yo me lavo las manos, despedácense entre ustedes». Pero claro, vendido como medida democrática.

MARILUZ: Razón y fe, fe y razón... Estoy contigo; no sé cual de las dos aplicamos menos en estos tiempos. El problema es que muchos creen que estamos en una Edad de Oro de la Razón, solo porque son malos tiempos para la fe. Cometen un terrible error porque, si bien lo segundo es cierto, no lo primero. Y entonces llega el caos.

CRISTIAN: Gracias por pasarte.

IGNACIO: ¡blog actualizado! Gracias por tu interés.