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martes, 18 de septiembre de 2007

Mujer tenía que ser

No esperen de este artículo rigor científico y fidelidad a las estadísticas sobre el comportamiento y pensamiento humano dividido en sexos. Advierto, además, que tengo la intención de comparar a hombres y mujeres para extraer conclusiones, así que asumo que heriré sensibilidades. No obstante, conviene aclarar que mis palabras son producto de mi admiración por las mujeres "de mi vida" y por otras que se han cruzado en ella, con todo lo injusto y subjetivo que por esa causa pueda llegar a resultar. Comencemos pues.

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Jóvenes cristianas de Moya
Sabemos que el ser humano ha evolucionado mucho a lo largo de sus siglos de existencia sobre la faz de la Tierra, pero no todos los grupos de individuos lo han hecho al mismo ritmo. Esta afirmación, quizá insostenible desde el punto de vista biológico, podría ser la antesala de una teoría racista, pero es incluso peor que eso, es sexista. Lo único que me ha hecho reunir el valor suficiente para formularla es que exalta a mis congéneres hormonalmente opuestos, de modo que no soy sospechoso de conducta interesada, sino en todo caso, estúpida. Y digo alto y claro: las mujeres están un paso -si no más- por delante de los hombres en la pirámide de la evolución de las especies. Si bien creo que no fue así al principio, han sido nuestras diferencias de rol en la sociedad desde la prehistoria hasta la actualidad las que nos han conducido por senderos paralelos pero de orografía muy desigual. Mientras los hombres transitábamos por la historia con el camino allanado, beneficiados por nuestro papel de amos del universo, fuertes, poderosos, dominadores del resto de la creación, mujeres incluídas, ellas tuvieron que superar todos los obstáculos que se encontraban a su paso, la mayoría fruto intencionado del menosprecio machista. Primero lo logramos a base de fuerza bruta. Después, sin abandonarla, añadimos a ella el privilegio del acceso exclusivo a los recursos económicos, al tiempo que las alejamos de cualquier contacto con el conocimiento, como si, conscientes de nuestra torpe y lenta evolución respecto a ellas, temiéramos su inminente liberación.


En cada momento de la historia de la humanidad, probablemente sin ser conscientes de ello, las mujeres fueron sumando nuevas habilidades a su "especie" que, poco a poco y a través de los siglos, se fueron inscribiendo en su código genético -ya he dicho que no tengo ningún interés en ceñirme al rigor científico en mis palabras de hoy-. Si lo piensan bien, no es tan difícil de creer. Muchos antropólogos sostienen que la demostrada capacidad atlética de los afroamericanos de Estados Unidos tiene que ver con su pasado como esclavos, forzados a realizar trabajos físicos extenuantes que les condujeron a una selección natural, sobreviviendo solo los más fuertes. En el caso de las mujeres no se trata de una selección, sino de una paulatina evolución que se produce por transmisión directa de experiencias. Lo curioso del caso es que gran parte de esas nuevas capacidades y habilidades se las proporcionamos los hombres -de modo totalmente involuntario, claro está- cuando les obligamos a ser más ingeniosas, menos vulnerables, más trabajadoras, más responsables... que era la única manera de sobrevivir bajo el yugo masculino que ellas mismas habían asumido como natural.


“...los hombres ganamos en aquellos rasgos en los que las mujeres jamás pondrán interés alguno, porque hace tiempo que se instalaron en otro nivel”


Seguramente, muchos que comenzaron a leer este artículo tienen en mente las clásicas comparaciones entre hombres y mujeres en las que concedemos a ellos un determinado tipo de virtudes y a ellas otro, con empate técnico final y el consiguiente aplauso de los obsesionados con lo "políticamente correcto". Pero la verdad no siempre lo es. Los hombres gozamos, entre otras, de las siguientes virtudes en las que, por regla general, superamos a las mujeres: fuerza física, ambición, liderazgo, carácter competitivo, predominio de la Razón, menor vulnerabilidad sentimental... Es el perfil de un ser primitivo. Lamento ser tan cruel, pero es que ganamos en todos aquellos rasgos en los que las mujeres jamás pondrán interés alguno, porque hace tiempo que se instalaron en otro nivel.


María, mi esposa, con nuestro hijo pequeño, Alejandro

Llegamos así al momento de definir a las mujeres, siempre en términos generales. Normalmente tienen un mundo interior más complejo y más rico; han descubierto el alto valor de las relaciones humanas para una convivencia pacífica; están más abiertas a la trascendencia de un modo sencillo y natural que les evita estar permanentemente bordeando el abismo; soportan mejor el dolor físico, que por tanto, no les paraliza; el fracaso y la derrota les provoca sufrimiento como a los hombres, pero al ser menos orgullosas, reaccionan mejor, lo que se traduce en una más rápida recuperación anímica, y desde luego, impide que les corroa el ánimo de revancha; tienen más fuerza de voluntad y son más resistentes frente al agotamiento, el aburrimiento y la pereza, y son por ello más constantes y responsables; gozan de una mayor capacidad de entrega y sacrificio; son incapaces de sentir odio o rencor al mismo nivel que los hombres porque carecen de nuestra dureza y carácter belicoso... Me dejo por el camino otras muchas de sus cualidades -les pido que me ayuden a completarlas en sus comentarios-, pero creo haber trazado las líneas básicas, el alma del dibujo que pretendía mostrar. Las mujeres, amigos míos, son más felices que los hombres. Tienen que serlo, porque ponen su vida al servicio de cosas más importantes, más elevadas que nosotros. Y si han sido capaces de hallar un camino más directo hacia el equilibrio vital, la felicidad, es que han evolucionado más rápidamente. Porque en el fondo, es eso lo que buscamos, ¿no?




Una joven en oración
Pero tranquilos, los hombres no tenemos que sentirnos acomplejados, sino tratar de aprovechar la oportunidad de aprender de ellas -están por todas partes desde el mismo instante en que nacemos-. No es necesario copiar sus comportamientos, sino escuchar y observar más a nuestras madres, hermanas, novias y esposas. Y no para imitar, sino para descubrir los matices, las causas y consecuencias de su sabiduría ancestral acumulada durante siglos.


Si eres hombre, no te preocupes, a diferencia de nosotros, a ellas no se les subirá a la cabeza lo que acabas de leer, ni lo utilizarán en nuestra contra. No lo necesitan.


Mi esposa, mi madre y mi hermana junto a Daniel y Alejandro. Ellas son las mujeres de mi vida.




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21 comentarios:

Aidan dijo...

Yo no sé si mejores o peores, lo que si que sé es que siempre se salen con la suya.

Buen artículo Armando.

Miguelo, sc dijo...

Suelo resistirme a realizar análisis como el que has hecho en tu artículo, generalizando tanto con el colectivo de hombres y de mujeres, al igual que me ocurre con los nacidos en un país o en otro, los de una raza u otra; los que profesan una religión u otra... Entre otras cosas porque las veces que lo he hecho me he dado cuenta que en el análisis puedo ser injusto con numerosas excepciones (por más que estas confirmen la regla). Hay hombres y hombres... y hay mujeres y mujeres... Cada persona es un mundo y es muy diferente de las demás. Y normalmente cualquier intento de agruparlas para definirlas como colectivo suele pecar de cometer determinadas inconcreciones o equivocaciones que son susceptibles de degenerar en tópicos o prejuicios que en nada favorecen a la persona como individuo.

Algo así como cuando se sentencia que "los inmigrantes son todos unos delincuentes", o que "los canarios son todos unos aplatanaos". Aunque haya personas en las que dichas afirmaciones puedan verificarse como ciertas, ¿no se está colocando una pesada losa sobre el resto?

Por eso, yo prefiero analizar personalidades, individuos (y aún haciéndolo así, también me equivoco a menudo).

No obstante, comparto contigo la fortuna de haber conocido y estar compartiendo mi vida con mujeres impresionantemente extraordinarias, que significan mucho para mí, y a las que admiro y quiero. Y me parece muy de justicia que a todas las que son como ellas les hayas dedicado este post como un homenaje al que me quiero sumar con este comentario.

Por cierto, muy linda tu familia.

Daniel Mercado dijo...

Valiente artículo. Comparto tu admiración por el género femenino. Haber ido superando con tenacidad la secular discriminación a la que se vieron y ven sometidas, a tantos niveles, eclesiásticos incluidos.
Has acertado en recordar que la diferencia no es para temer, sino para enriquecer.
Una simpática aproximación esa mitad, o más, de la humanidad.

joseantonio dijo...

Estimado amigo blogero, ahora que tengo mejores condiciones de comunicación espero poder leer vuestros artículos, como éste último que de veras he disfrutado. Me sumo a lo que dices, sobre todo aquí en África la mujer es digna de admiración, me saco el sombrero. Realmente el tema puede dar para mucho, como por ejemplo la mujer en la Iglesia a propósito de una fiesta que celebraré los próximos días como fraile de una orden mariana: “María merced de Dios para los hombres”(24-9)

Unknown dijo...

Estimado Armando,

hace tiempo que sigo tu blog y hoy me voy a atrever a dejar unas palabras. He estudiado ingeniero industrial, una carrera donde el porcentaje de mujeres era muy pequeño; de hecho, en algunas clases era la única chica. Y ahí si se notan las diferencias a la hora de afrontar una situación de estrés continuo, mientras que nosotras somos más constantes, los chicos vivían sus estudios como una montaña rusa: convocatorias que no se presentaban a ninguna asignatura alternadas con otras en las que hacían un magnífico sprint.
Y respecto a la proclamación pública de la fe, ¡¡¡que decir!!! En la capilla éramos inmensa mayoría las féminas.

No creo que la ley de paridad beneficie, más bien lo contrario. Hay que elegir para el puesto de trabajo a la persona que mejor se ajuste a lo que se necesita. Como dijo miguelo sc: hay mujeres y mujeres y hombres y hombres.

Un saludo

María

Armando Vallejo Waigand dijo...

Gracias a todos por sus comentarios.

AIDAN: tienes razón, no se trata de mejores o peores, no es esa la vara de medir correcta. Sin embargo, yo no estoy seguro de que siempre se salgan con la suya. A lo largo de la historia hemos sido más bien nosotros los que nos hemos salido con la nuestra a costa de ellas.

MIGUELO: el artículo es provocativo, lo sé. Una afirmación como la que hago no tiene ninguna base científica, pero tampoco lo pretendía.

Generalizar siempre es injusto, estoy de acuerdo, pero ser humildes es muy sano y ayuda a crecer. En cualquier caso verás que nunca utilicé el vocablo 'todas', sino 'normalmente', 'en general', etc... Y también coincido contigo en que "hay hombres y hombres..." pero no a partes iguales ni mucho menos, creo. Por más que observo a mi alrededor, encuentro muchas más mujeres con el perfil descrito que hombres. Seguramente no se trate de evolución propiamente dicha, y mucho menos de código genético -era solo una forma llamativa y cómica de expresarlo-, pero sí creo que han desarrollado virtudes que por lo general, son más aislados en los hombres.

DANIEL: "Una simpática aproximación..." Exactamente eso es lo que perseguía.

JOSÉ ANTONIO: me alegro mucho de leerte en mi blog. Sí señor, la perspectiva de la mujer africana ha influido mucho en mí para llegar a las conclusiones del artículo. ¡Y quién mejor que tú para confirmarlo!

MARÍA: parece que por ahora eres la única 'beneficiaria' del artículo que se ha animado a escribir y te agradezco que lo hayas hecho. Me gustaría recibir más opiniones de mujeres, no para autocomplacerme, sino para saber si tienen impresiones parecidas a las mías desde su perspectiva. Tus palabras confirman algunas de mis afirmaciones cuando hablas de los estudios o la capilla. Coincido contigo sobre la ley de paridad -discriminación positiva- porque creo que duplica la injusticia que pretende corregir.

* Una vez más, gracias a todos (verán que no utilizo la "fórmula progre" del 'todos y todas', porque mi admiración por las mujeres no se opone a mi admiración por la correcta gramática.

Recomenzar dijo...

Es un placer leerte. tengo en vos la respuesta a mi texto de ayer, sé cuales son las mujeres de tu vida y lo que piensas sobre mi tópico la fidelidad

Unknown dijo...

Te agradezco que pongas gracias a todos,me chirrían los oídos cuando escucho al político de turno o ente similar diciendo todos y todas

Anónimo dijo...

En menudo berengenal te has metido te he leido despacito pero me ocuparia demasiado el discutir algunos puntos. Personalmente huyo de las etiquetas por principio.
Por otro lado somos bastante animales a pesar de que vamos evolucionando, y eso no lo pierdo de vista.
Lo que veo también es que la humanidad ha ido muy deprisa sin tener en cuenta una avolución paralela humana, por lo que habría que discutir mucho de lo que dices.
Entendiendo por discutir, no necesariamente discrepar .
Lo siento, pero me pierdo..lo que quería decir es que hoy veo cosas un tanto diferentes a lo dicho.
Ni siquiera creo que se pueda hacer una division tan clara entre hombres y mujeres. ...

Eugenia dijo...

Bueno, pues vaya la de cualidades que una tiene y ni se entera. Si, ya se que no se puede generalizar, pero puedo considerarme parte de ese género maravilloso?

Anónimo dijo...

Excelente artículo. Es correcto lo que han señalado, no se puede generalizar (casi siempre, la generalización tiende a esconder importantes matices) y menos en un tema como el de los sexos.

Tu argumento científico es interesante, y eso demuestra que podemos ser creyentes en una realidad espiritual (en Dios), sin rechazar a la ciencia y a la biología. Muchos ateos acusan (generalizando) a los creyentes de no ser capaces de pensar, de ser irracionales, etc. lo que demuestra un cierto prejuicio, y algo que no se corresponde a lo real.

Una excelente página web, donde un deísta (creyente en Dios pero sin una religión en particular) trata de fundamentar racionalmente, y en base a datos científicos, la creencia en la realidad de Dios:
http://deismo.iespana.es/

Eso demuestra que se puede llegar a Dios, tanto desde la Fe, como desde la razón (o mejor aun, desde ambos a la vez)

Felicitaciones por el blog.

Saludos

icue dijo...

Debemos reconocer que la familia tiene el brillo de un sol, que le es propio: la mujer.
Dice de ella la Sagrada Escritura: La gracia de una mujer diligente encanta al marido. La mujer santa y honesta es una gracia inestimable. Como el sol que se levanta en las alturas de Dios, así la belleza de una mujer es ornamento de su casa. Sí, la esposa y madre es el sol de la familia. Es sol por la generosidad y olvido de sí, por la prontitud constante y por la delicadeza siempre atenta que le hace adivinar todo cuanto pueda volver agradable la vida del marido y los hijos.
La gracia de la esposa es la alegría del marido. La mujer santa y recatada duplica su encanto.
Seria importante comprender lo profundos que son los sentimientos de amor y gratitud que despiertan en el corazón del padre y de los hijos una figura así de esposa y madre.

Armando Vallejo Waigand dijo...

MUCHA: me alegro de haber sido así de 'transparente'. Y si respondo a tus siempre exigentes y reflexivos interrogantes, mejor que mejor. Gracias.

MARÍA: los del 'todos y todas' opino que es una pose política oportunista vacía de contenido. Las 'posturas' son importantes, y las imposturas demasiado frecuentes.

CARLOS: gracias por tu aportación y lamento que no extendieras tu comentario. Por lo que a mí respecta, no te preocupes; como si es más largo que mi propio artículo.

EUGENIA: ¡...y muchas más que tienes! aunque es verdad que quizás no las sepas , o mejor dicho, no hayas reparado en ello porque te son innatas. Y sí, puedes considerarte parte del divino género femenino. Gracias y felicidades.

DIANA: coincidimos, la fe no se opone a la razón. Dios nos concedió la capacidad de razonar, así que lejos de temer hacerlo, deberíamos insistir en ello sin miedo a lo que nos podamos encontrar (ese ha sido uno de los problemas de algunos de nuestros antepasados creyentes). He visitado la web que me sugieres y es muy interesante. Gracias.

ICUE:la capacidad de entrega de la mujer por los demás y en particular por su familia, supera muchas veces el entendimiento masculino. Bonitas palabras las tuyas. Gracias.

Anónimo dijo...

Te felicito por el punto que has tocado, tan solo decirte que desgraciadamente estamos viviendo en un mundo de comparaciones y de competitividad.
Según comentas ellas nos superan en los puntos que mencionas como responsabilidad, seriedad, constancia etc. pero yo no lo veo como algo que me supere, sino que me complementa. El entrar en el ámbito de la comparación nos hacer pensar que somos perfectos y que individualmente podemos vivir solos e independientes y pienso que estaríamos equivocados.

Creo que es un error pensar que la mujer está consiguiendo escalones en nuestra sociedad, (sociedad rica y nada comparable con la Africana ) y me explico:
Quizá por mi profesión (taxista) me hace verlo desde otro punto de vista, lo digo porque cuando trabajo sobre todo los días de fiesta y miro el comportamiento de la juventud en general no ves diferencia ninguna, (no quiero entrar en detalles pero me refiero en cuanto a borracheras y sus derivados….) con lo cual entiendo que lejos de que la mujer haya conseguido subir escalones lo veo como que los ha bajado para equipararse con el hombre, lejos de conseguir feminizar nuestra sociedad ellas se están masculinizando y adaptándose a lo establecido. Este es un debate mucho mas amplio que desgraciadamente no podría detallar aquí, no me gustaría que se quedara en el pensamiento que yo tenga algo contra las mujeres, decía Reinaldo Armas (coplero venezolano) en una de sus coplas:

LAS MUJERES PARA MÍ
SON LINDAS COMO UN LUCERO
POR UNA DE ELLAS NACÍ
POR UNA DE ELLAS ME MUERO.

No me quiero extender más pero es un debate que creo que ayudaría a superar nuestros complejos con respecto al comportamiento de los sexos, no quiero molestar a nadie con mis comentarios es más, asumo que también puedo estar equivocado y ojalá que así sea
De ahí que este debate debería ser mas profundo. Un saludo

Anónimo dijo...

El artículo anterior es de Expedito, que gracias a mi torpeza todavia no sé como mandarlo con la publicación de mi nombre, supongo que mi mujer resolvería este problema pero esta durmiendo, gracias como siempre dependemos de ellas y un saludo

Armando Vallejo Waigand dijo...

Hola Expedito. Me alegro de leerte.

Interesantísima la perspectiva que planteas, que aporta una nueva dimensión al debate. Tal y como yo lo veo, en tu frase "[...]lejos de conseguir feminizar nuestra sociedad ellas se están masculinizando y adaptándose a lo establecido[...]", das entender que lo ideal sería 'feminizar' de alguna forma la sociedad, quizás en los rasgos de los que hablo en el artículo, así que presumo que estamos de acuerdo en buena parte de las virtudes que adornan a las mujeres respecto los hombres. Y añades que eso no está ocurriendo, sino todo lo contrario. ¡Acertadísima apostilla! Tu impresión de que buena parte de las mujeres quiere ganar la 'batalla de los sexos' pareciéndose los más posible al, hasta ahora, lado 'fuerte', es un hecho tan real, como equivocado el camino. En mi opinión, tiene que ver con la influencia que el 'dominio' masculino ha ejercido. Muchas mujeres (sobre todo en activos colectivos 'ultrafeministas'), han creído que para liberarse lo mejor sería hacer las mismas cosas que los hombres (beber y fumar en exceso, por ejemplo) y comportarse como nosotros (y así lo transmiten a las nuevas generaciones), en lugar de seguir desarrollando las virtudes que las hacen distintas y, en mi opinión, más 'evolucionadas' que los hombres. Tu advertencia, Expedito, no puede ser más oportuna. Yo la expresaría de esta forma: ¡ojo! si continúan por ese vía, desandarán el camino que les ha llevado a lo más alto de la evolución de las especies.

Anónimo dijo...

EXPEDITO

Hola Armando, te mando unas décimas que hice dedicadas a "la mujer canaria", ni que decir tiene que las mujeres de tu familia son tambien canarias, ya que eso no se lleva en el RH o algo parecido sino en el corazón. se las dedico a las mujeres en general. Espero que te gusten saludos...



"DÉCIMAS A LA MUJER CANARIA"

VALIENTE Y TRABAJADORA
DEFENSORA DE SU HOGAR
MADRE Y ESPOSA EJEMPLAR,
EXCELENTE LUCHADORA.
DE SU PECHO ES DONDE AFLORA
ESA AYUDA NECESARIA
QUE PARA EL NIÑO ES PLEGARIA
EMBELLECIENDO SU ROSTRO
AL DARLE TODO EL CALOSTRO
ESA ES LA MUJER CANARIA.


FLOR QUE DA VIDA AL JARDÍN
Y REGALA A TODO EL MUNDO
ESE AROMA TAN PROFUNDO
QUE A TU IRA PONE FIN.
ES BELLA COMO UN JAZMÍN
Y EN LA VÍA FERROVIARIA
ES COMO LA MAQUINARIA
QUE TE GUÍA HASTA EL DESTINO
BUSCANDO EL MEJOR CAMINO
ESA ES LA MUJER CANARIA.


ES FUENTE DE INSPIRACIÓN
DONDE SE MIRA EL POETA
Y DE MANERA DISCRETA
LE INVADE SU CORAZÓN.
DE LA CASA ES EL BALCÓN
QUE DE FORMA EXTRAORDINARIA
MUESTRA LA BELLEZA DIARIA
DE UN HERMOSO AMANECER,
RESPETARLA ES UN DEBER
ESA ES LA MUJER CANARIA.


DULCE COMO EL BIENMESABE
QUE AL POSTRE VA ACOMPAÑANDO
Y CUANDO VA NAVEGANDO
LA QUE DIRIGUE LA NAVE.
EN EL HOGAR ES LA CLAVE
CARIÑOSA, HOSPITALARIA,
LUCHADORA Y SOLIDARIA,
SIN PONERTE CONDICIONES
LETRA DE MUCHAS CANCIONES
ESA ES LA MUJER CANARIA

MANANTIAL DE BUEN CONSEJO,
ESPOSA SENTIMENTAL,
COMPAÑERA SIN IGUAL,
DE SUS HIJOS EL ESPEJO.
LEJOS LE QUEDA EL COMPLEJO
Y HACE DE SU LUCHA DIARIA
UNA FUENTE NECESARIA
DONDE EL HOMBRE VA A BEBER
Y ESO ES MUY DE AGRADECER
A NUESTRA MUJER CANARIA.

Fibonacci States dijo...

¿De verdad crees que las mujeres son más felices?

La mujer sufre mayores índices de trastornos depresivos, estados de ansiedad. Recuerda que sufre un desgaste hormonal biológico cada mes importante. Una especie de muerte y renacer...

Un ciclo que descalcifica sus huesos y cuando desaparece, hace mucho ruido en tu cuerpo físico y emocional.

Tengo dudas Miguelo, vinculo la felicidad al éxito en el amor en toda su extensión.

... Y veo muchas sombras en ese lugar llamado felicidad.

Un saludo, me ha resultado muy grato encontrar tu blog.

Armando Vallejo Waigand dijo...

Gracias EXPEDITO. Las décimas son preciosas.

SUSANA: tienes razón en todos los condicionantes biológicos que afectan a la mujer y no a los hombres. Quizás también haya sido eso lo que les ha hecho madurar más rápidamente. Pero sigo pensando en la mayor capacidad para ser feliz, lo cual no tiene nada que ver con las alegrías restadas a las penas. La felicidad es poseer sabiduría, control de la propia vida, la satisfacción de haberse hecho lo correcto, aún con sufrimiento, y que se ha cumplido con el deber. Eso es para mí acercarse a la felicidad en su escalón más elevado. Muchas gracias por la visita y tu opinión.

Anónimo dijo...

¡Que familía tan encantadora!
Te felicito Armando.
Que la Santísima Virgen os bendiga a todos y cuide de tu familia y de tí.

Salvador Pérez Alayón dijo...

Estoy totalmente de acuerdo, me haces recordar al instante mi etapa cuando daba, allá por los años senta y cuatro y más, cursillos prematrimoniales. En la charla que Berta, mi mujer, y yo dabamos, solía decir que la mujer era más fuerte que el hombre. No me fundamentaba en ningín estudio antropológico, sino en la observancia que una familia que quedaba sin la mujer dificilmente salía a flote, sin embargo las viudas mantenían sus familias unidas y las sacaban adelante. Confirma tu pensamiento ahora después de muchos años.
Sin embargo, me llamó mucho la atención tu definición de felicidad en una respuesta que le das a Susana, creo. Tanto es así que ha dado pie a una reflexión que he hecho sobre la misma. Me gustaría que saber tu opinión al respecto. Un abrazo.